Apareciste
entre medio de todas las tempestades contenidas a un abrazo de explotar.
Apareciste como un hilo de luz en una maraña de locura.
Como la idea clara antes vaticinio.
Déjame,
entre el antes o el después del fin de las historias,
explicarte lo que representas:
Un abrigo cálido de brazos con aroma al hogar que jamás puse nombre,
tú
que apagas tus días con mis buenas noches
quiero que seas mi casa.
Y contigo digo tu corazón,
que puede estar lejos sintiéndolo en mi mismo pecho cada vez
que late este.
Déjame que dibuje tu sonrisa infinita
con la que he aprendido a zurcir mis roturas
en un lienzo con el mismo final.
Silencio,
quiero que mi beso recorra kilómetros hasta tu mejilla
sin que nadie adultere su sabor.
Quiero que todas nuestras palabras no dichas
te llenen esta noche de camas vacías
y esperas finitas.
Deja una respuesta