España. Siglo XXI. Se sigue llamando delito a okupar una vivienda para que tú y tu familia no muráis de frío. Pero en absoluto es delito el que os echaran de esa vivienda sin aviso ni capacidad de negociar porque el propietario quería subirle el precio el 200% para equipararla al resto de precios de alquiler en el barrio y ya no podáis acceder a ella ni a ninguna otra. Tampoco es delito que un sueldo medio no pueda pagar una vivienda de dos habitaciones, yo lo llamo agresión. Nos agreden no permitiéndonos vivir, nos agreden cuando no nos dejan tener sueños, una familia, unos ahorros, unas ganas de viajar, nos agreden cada vez que nos impiden tener un futuro mayor que el mañana.
Los jóvenes de hoy en día no sabéis ahorrar, os quejáis de lo que os pagan en el trabajo y luego están todos los bares llenos, dicen. Los jóvenes de hoy en día no vamos a poder ahorrar para nada por mucho que no vayamos a un bar a, aunque sea darnos un capricho que nos quite el mal sabor de boca de la vida.
Ayer tiraron a la calle a una familia que okupaba su hogar, ese en el que desayunaban todos los días y se reunían para cenar contándose la vida. Ese en el que tal vez una tarde les leyó lo que había escrito en clase la hija y la madre la miraba con tranquilidad de saber que estaba construyendo un futuro mejor, con la esperanza de que siguiese inocente al mundo hasta que no quedase más remedio. Hasta ayer, cuando la policia los arrancó de esas paredes tan suyas y los echo a la calle donde la gente les insultaba y otra les amparaba. Les echó a ese mundo frío y contradictorio que tiene que unirse para decidir un futuro.
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