Dicen que el suicidio del fénix es de las cosas más estúpidas del mundo, ¿de qué sirve si sabes que estás atado a la eterna vida? Resurgir de las cenizas está sobrevalorado, sobre todo cuando lo que andas buscando es un punto y final.

Imagínate un ser incandescente el día del juicio final. Todo lleno de zombies o infectados, de moribundos vueltos del más allá sin tanta gracia y gloria que el ave mística. Vivir día tras día, semana tras semana, mes tras mes siendo incapaz de sumarte a esa perturbada turba.

O también, hay veces que dan ganas de morirse y desaparecer. Se suele calificar de cobarde a una persona que se suicida pero yo siempre las he visto muy valientes. Después del tercer intento fallido e incapaz de cortarme ni un poquito me pongo a pensar en toda esa gente que a sangre fría saltaron con la soga al cuello o se hirieron hasta lo más profundo. Hay que ser un poco psicópata para asesinar a alguien aunque sea a ti. Está prohibido hablar del suicidio en muchos ámbitos por si a la gente se le pega la gana, como si fuese una fiebre que se comparte en un lugar cerrado. ¿Esto lo ha investigado alguien? ¿o no será mejor hablar de la vida y la muerte como esos dos procesos que interactúan en binario?

Aunque hay mucho muerto en vida, o que vive en la muerte. Yo los llamo caminantes. Creo que realmente este es el peor suicidio, y el único cobarde: la gente que simplemente anda, simplemente respira, simplemente engulle y parpadea. Esta gente que deambula y punto. Son los extras de todos los actores de nuestras vidas, puede que incluso de las suyas. Gente, que antes de decidir tomar una decisión complicada, se suicidaron activando el piloto automático.